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A UN AÑO DE PALO PANDOLFO, TE RECORDAMOS

A un año de tu partida, ya. De aquella tarde a puro sol y vos yéndote a una gira imprevista, impensada.  Roberto «Palo» Pandolfo. Figura de nuestra música, querido, aplaudido lleno de magia y power. Azorados por esa muerte callejera transeúnte en viaje al misterio. Y lágrimas, y preguntas. Nada. Ya no estabas. Pero sí tu obra. Músico desde los ´80, cuando comienza su carrera en nuestro rock nacional. Los Visitantes, Don Cornelio y la Zona.

Posteos.  Asombro y tristeza, todo se conjugaba ante tu ausencia.

Con 56 años, parecieran a la distancia varias vidas, en busca del tiempo para madurar temas, poemas de un hombre que supo  representar el sentir de otros, el del tipo común que podés encontrar en cualquier barrio, en cualquier esquina. Sin pretensiones de snob, era él, él mismo hasta la entraña. Eso lo hacía más cercano, hermano y confidente, dueño de un tyming que llenaba los escenarios, del boliche más under a los grandes recitales, donde llegaba al furor de un público que lo amaba y era en serio.

Ella vendrá y Tazas de té chino y el estallido de una banda con sello e impronta que no dejaba nada en claroscuro. A todo o nada.

Poemas, canciones donde lo visceral era palabra corriente, sentimiento a rajatabla. Decir como Gardel  «que 40 años no es nada»,  sería desacreditar sus 40 años de trayectoria, de poner el cuero y salir a batir parches para que alguien, algunos quizás se llenen de sentido, lo bueno, bello y verdadero y la música se convierta en filosofía de vida.

Recordamos tus palabras y congoja cuando un indispensable, como vos: Gabo Ferro se iba de viaje y nos quedamos huérfanos como nos pasa ahora. Y a vos te partía las alas.

Cuesta decir y saber que tu muerte nos deja con la sensación de horfandad, y  se suma a otras que  nos parecen insoportables, porque ya nada será así de lindo, así de poético y así de mágico.

Porteño de ley nacido en Flores y como tal habitante de la mítica Buenos Aires a la que aportó todo lo creado por su mundo, por su galaxia donde regresó (aunque no sepamos exactamente dónde) quiza el asteroide del Principito sea su destino…

Ella vendrá, El Rosario en el muro, Cenizas y Diamantes, Tasas de Té Chino… Quién lo olvida?

Las Canciones de Don Cornelio, y la impronta que Palo deja en ellas. El sintetizaba lo que el sentir del pueblo, cuando ese pueblo sale de una dictadura. Malvinas y el Rock. Ruinas y girones de un tiempo incierto, con promesas mentirosas. Su grito en catarsis, su poesía de guerra para contestar las mentiras.

Cantante. Poeta. Guitarrista -la suma del arte- y un hombre que llegaba a las fibras del otro, lo desnudaba y armaba de nuevo.

NUEVO ROCK ARGENTINO. los 90

El «Comando Poético» Verbonautas a sala llena en el legendario La Luna con su público. Al palo, como un recital y con las lecturas de Palo, Karina, Vicente Luy, Gabo Ferro, Horacio Nocera, Osvaldo Vigna con otros pares, poetas todos con sentido visceral del tiempo-espacio sin rozar melodramas. Poesía de la entraña.

La banda que siguió con él, lleva el nombre que los identifica: La Hermandad.

Y el cruce que no podemos olvidar: en 2016, con Ricardo Mollo en Sonidos Plateados y El Conquistador.

La Hermandad se quedó sin él, la forman Mariano Mieres, Gerardo Farez, Alito Spina, Matías Ruíz, Federico Gil Solá. En ella Palo logró una fusión que marcó claramente este último período.

En 2018, el vinilo del show de Xirgu Espacio Untref muestra un micrófono solitario, entre líneas el Palo Pandolfo se estaba despidiendo.

Que este tiempo de partida de los nuestros, los mejores, termine, las lágrimas están ahogando a la poesía…

FUENTE: Periodico La Chacrita de los Colegiales

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