24 de Marzo 2024 día Memoria, Verdad y Justicia

Ha llegado otro 24 de marzo, día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en Argentina, fecha que nos enfrenta a la dolorosa realidad de los crímenes de lesa humanidad perpetrados durante la dictadura cívico-militar que marcó los días más oscuros de nuestra historia. El golpe de Estado de 1976 dejó una herida imborrable de 30 mil desaparecidos, víctimas de una política sistemática de represión, tortura y exterminio llevada a cabo por el Estado.

Es esencial entender que los crímenes cometidos durante la dictadura no fueron meras violaciones a la ley, sino que constituyeron actos aberrantes contra la humanidad. Son crímenes de lesa humanidad que no prescriben, que no pueden ser olvidados ni perdonados. Hay familias que aún esperan justicia, que continúan buscando a sus seres queridos, sin saber qué les sucedió ni dónde descansan sus restos.

Cultivar la memoria es un deber moral y una forma de resistencia ante la impunidad. Recordar a los desaparecidos, honrar sus nombres y reconstruir sus historias es una manera de mantener viva la llama de la justicia. Pero también es una forma de solidaridad con las familias que, después de décadas, aún buscan respuestas y claman por verdad y justicia.
En las horas más duras de miedo y represión, un grupo de mujeres valientes desafiaron al régimen militar y se convirtieron en símbolos de resistencia y lucha por la justicia. Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, con su labor valiente y pionera, desafiaron el silencio impuesto por el terror y se convirtieron en voces incansables en la búsqueda de verdad y justicia.

Con su emblemática ronda en la Plaza de Mayo, las Madres exigían la aparición con vida de sus hijos e hijas desaparecidos, desafiando la intimidación y el peligro que implicaba enfrentarse al poder militar. Su lucha incansable inspiró a miles de argentinos a levantar la voz y exigir el fin de la impunidad.

Abuelas de Plaza de Mayo, continúa la labor de búsqueda y restitución de identidad de los nietos y nietas apropiados durante la dictadura, han demostrado el poder del amor y la resistencia frente a la injusticia. Su trabajo meticuloso y su perseverancia han permitido que muchas familias puedan finalmente reunirse con sus seres queridos arrebatados por el terrorismo de Estado.

La lucha por la memoria y la justicia no es una cuestión del pasado, sino una realidad presente y urgente. A pesar de los avances en materia de derechos humanos, la impunidad sigue siendo una herida abierta en nuestra sociedad. Muchos responsables de crímenes de lesa humanidad continúan en libertad, sin pagar por sus actos, mientras que las víctimas y sus familias siguen esperando que se haga justicia.

Reafirmemos nuestro compromiso con la verdad y la justicia, y exijamos que se investiguen, juzguen y sancionen a los responsables de crímenes de lesa humanidad. No podemos permitir que el paso del tiempo borre la memoria de lo ocurrido ni que las voces de las víctimas sean silenciadas.

Los crímenes de lesa humanidad no pueden quedar impunes, y las familias de los desaparecidos merecen encontrar la paz y la justicia que tanto anhelan. Sigamos levantando nuestras voces, sigamos exigiendo memoria, verdad y justicia, porque mientras haya impunidad, nuestra lucha debe continuar.