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30 de noviembre. El mate tiene su día: tradición que une y trasciende fronteras

Cada 30 de noviembre celebramos el Día Nacional del Mate, una de las costumbres más
arraigadas del país. Establecida en 2013 por ley nacional, la elección de la fecha rinde
homenaje al nacimiento de Andrés Guacurarí, conocido como “Andresito,” líder guaraní y
gobernador de la provincia de Misiones durante el siglo XIX, quien promovió la producción y
el comercio de la yerba mate.
“Andresito” lideró la reconstrucción de la región tras las invasiones portuguesas,
promoviendo la producción de yerba mate y protegiendo a las comunidades guaraníes.
Comandó milicias que defendieron los territorios de la Liga de los Pueblos Libres y respetó
las tradiciones indígenas.
El reconocimiento oficial de su legado llegó siglos después. En 2014, el Congreso Nacional
lo declaró Héroe Nacional, y su figura comenzó a ser reivindicada como un símbolo de la
lucha por los derechos indígenas y la soberanía territorial. Por ello, el Día Nacional del
Mate, instituido el 30 de noviembre, no solo celebra la tradicional infusión, sino también el
espíritu de resistencia y unidad que Andresito encarnó.
A pesar de sus logros, su figura fue invisibilizada durante mucho tiempo. Capturado por los
portugueses en 1819, su destino final sigue siendo incierto, aunque se cree que murió en
prisión en Brasil.Su legado es símbolo de soberanía, igualdad y derechos indígenas.
El mate es un símbolo cultural que trasciende generaciones, clases sociales y geografías.
Consumido por más del 90% de los hogares argentinos, esta infusión a base de hojas de
Ilex paraguariensis es parte fundamental de la identidad nacional, aunque su origen es
compartido con países vecinos como Paraguay, Uruguay y el sur de Brasil.
En sus comienzos, los guaraníes fueron los primeros en descubrir las propiedades
energéticas de la yerba mate, que mascaban o infusionaban en agua fría. Con la llegada de
los colonizadores europeos, la preparación se transformó en lo que conocemos hoy: la
infusión caliente, servida en un recipiente de calabaza con una bombilla.
El mate es también versátil. En sus variedades, puede ser “amargo” o “dulce,” con cáscaras
de cítricos, hierbas aromáticas, o incluso mezclado con café o leche. Este ritual no solo se
limita al sabor, sino también al acto de compartir, que en la práctica del “cebador” y el
“ronda” simboliza igualdad y diálogo.
Argentina, como mayor productor mundial de yerba mate, concentra su cultivo
principalmente en Misiones y el norte de Corrientes, donde las condiciones climáticas
favorecen el crecimiento de esta planta única. Además, desde hace algunos años, el mate
ha empezado a ganar popularidad en mercados internacionales, consolidándose como una
exportación cultural.
El Día Nacional del Mate es un reconocimiento al vínculo entre historia, naturaleza y
comunidad que esta infusión representa. En cada sorbo, el mate sigue siendo testigo de
charlas, silencios compartidos y encuentros que cruzan fronteras físicas y emocionales.

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