Caminando las calles de aquello que antes fue llamado “Palermo Viejo” observamos un multifacético del colorido urbano.
Justo es decir que la actual zona tiene poco y nada que ver con aquella zona hasta incluso con olor a cementerio donde abundaban las viviendas unifamiliares, casonas viejas que de tan poco cuidado en algunos casos parecía que se venían abajo y otras, sí mejor atendidas por sus dueños, daban un color grisáceo al que se sumaban las calles destruidas por el transporte automotor de pasajeros (el que debería tener algún impuesto especial dado que destruyen las arterias y es la municipalidad quien debe repararlas)
Aquella zona que como hemos dicho antes se movía en relación a la centralidad urbana que era el mercado Dorrego pronto empezó a transformarse en lo que es hoy con sus edificios nuevos y un cambio generacional visible. No es mejor ni peor, es simplemente.
Llegado Canal 9 luego vendido a otras empresas del rubro y con la llegada de canales de TV e incluso, empresas de radio más las productoras independientes, aquel barrio gris comenzó a encontrar otros colores dando paso a una descontrolada edificación que lo modificó para siempre en su fisonomía urbana.
Otras medidas públicas del gobierno porteño como es la remodelación del puente de la calle Soler el cual ha cambiado aquel construido añares y décadas antes por uno moderno y acogedor, dan un colorido distinto.
Toda intervención urbana tiene su pro y su contra, esto se sabe.
Como saldo negativo si se quiere es la edificación descontrolada, cosa que es muy distinta si existe una planificación urbana consultando a las empresas de servicios para no caer en el despropósito que existan baños con ducha eléctrica o que directamente, todo funcione a fuerza de electricidad que es un recurso no renovable y por otro lado algo evitable si las empresas constructoras hicieran las cosas de otro modo que no sea sacar el mayor provecho, el máximo, aún a costa de quienes habitarán esas construcciones desmedidas.
Pedir un proyecto urbano en la ciudad de Buenos Aires sabemos que se haga efectivo es más difícil que el mariscal Rommel se convierta al judaísmo. Existen sobradas pruebas de un modelo de ciudad realizado a la qué te importa y el otro que se joda: es lo que hay como dicen los pibes hoy.
Pero de ese caminar nos extrañó no encontrando explicación alguna la calle Bonpland que permanece como aquella zona a la que hacíamos alusión más arriba.
¿Quién podrá darnos una explicación coherente y que no deje duda? No lo sabemos, pero, de todos modos, Palermo ha cambiado en cierto modo para mejor y también para peor en otros aspectos.
La pregunta que nos queda es: ¿Este es el futuro de nuestro querido barrio de Colegiales?
El tiempo lo dirá…
Imagen: gentileza minube.com