Figura central de aquel «Equipo de José» pero además estandarte de una época distinta sin sponsor en la camiseta. Un tiempo distinto en que por ejemplo resulta impensable que Amadeo Carrizo jugara para Boca o Rattin vistiera la camiseta riverplatense.
Tiempos en los cuales lo importante no eran las tácticas, la extremada preparación física y fundamentalmente, se miraba el arco de enfrente y no el propio para que no le hicieran goles.
Aquellos equipos no esperaban el error del adversario poblando la mitad de cancha. Los partidos eran de ida y vuelta, lógicamente.
En ese marco, en esa filosofía futbolística, los dirigentes de Racing contratan a José Pizutti y de a poco comienza a armarse el famoso equipo de José que hizo y hará historia y en la cual Maschio, figura internacional ya consagrada, campeón con la selección argentina en el Sudamericano conformando por otros grandes como él.
En el proyecto del diputado Pagani podemos leer:
Maschio también se lució y jugó 12 partidos para la selección argentina entre 1956 y 1957. Integró el seleccionado que ganó la Copa América de 1957, con el equipo denominado Los Carasucias, en una delantera inolvidable en la historia del fútbol de nuestro país compuesta por Orestes Corbatta, Humberto Maschio, Antonio Angelillo, Enrique Sívori y Osvaldo Cruz, que derrotó por 3 a 0 a Brasil. Marcó 6 goles en el torneo, siendo el máximo anotador»
En síntesis, según nuestro criterio, Humberto Maschio es uno de los estandartes de una época muy distinta a la actual. Más deportiva, más lírica si se quiere, eran los partidos del domingo, un día esperado por muchos y de almorzar temprano y salir corriendo para la cancha para ver los jugadores de su equipo.
Una época que, como dijimos al principio, significaba mirar el arco de enfrente para hacer goles y no tan sólo esperar el error del adversario para ponerse 1 a 0 y ponerse todos atrás, colgados del travesaño.