Con la costumbre del periodismo amarillo, orgullosamente amarillento e imitando a los multimedios, podríamos ir a buscar con desesperación, las distintas voces de muchos preocupados vecinos que con toda justicia reclaman precisamente justicia para María de los Ángeles Rawson que se ha convertido en un emblema más de un barrio inseguro donde nuestros mayores ya no salen de sus domicilios después de las 18 hs.
De hecho, Colegiales nunca fue un barrio seguro y menos se vivió tranquilo por más que publicitariamente conviniera decirlo por intereses comerciales e inmobiliarios.
Cabe recordar que Pablo Medina (h) de la ONG’s La Nube fue acribillado quedando en coma durante meses hasta que Dios se apiadó de su alma luego de una salidera bancaria de un banco ubicado en la Avda Federico Lacroze entre Rosetti y Charlone. Pablito iba a retirar los sueldos de los profesores de tan necesaria Institución dedicada a la infancia promoviendo la lectura.
No podemos olvidarnos del gomero degollado en Alvarez Thomas al 900 ni del oficial del Ejército al que le robaron la jubilación y la vida, también la de su esposa.
Citar cada uno de estos hechos sería demasiado extenso y no es el objeto de esta nota pero baste preguntar a los comerciantes de la zona los motivos de las rejas o cerrar las puertas con llave en horas de la tarde: el hecho es que las rejas invirtieron la realidad porque quienes estamos detrás de las rejas somos nosotros y no quienes delinquen y no nos importa decirlo aunque esta afirmación a los progres les revuelva el estómago.
Los puntos neurálgicos de la inseguridad y la falta de tranquilidad en el barrio de Colegiales y adyacencias podemos ubicarlos sin abusar demasiado de la memoria en el bajo puente del Dr. Pedro Bustos del lado de Amenabar; el puente peatonal de la calle Zabala que cruza las 9 hectáreas del playa de maniobras de la estación donde no sólo ya han habido hurtos y robos sino que también intentos de abusos.
En el barrio de Chacarita, ya en la comuna 15, sabido por los vecinos es lo que ocurre en la calle Fraga desde Elcano hasta Teodoro García e incluso la impunidad de quienes usan el espacio público para emprendimientos comerciales haciéndonos llegar la denuncia sobre un estacionamiento a cielo abierto y que nuestro periódico haciéndose portavoz del reclamo logró que se solucione la contravensión demostrando en forma palmaria que algunos vecinos protestaban por las adicciones a las drogas pero no al estacionamiento de esos camiones y que ocupaban Teodoro García hasta el paredón.
Fue nuestro periódico también el que denunció el abuso de autoridad hacia quienes también pagan sus impuestos -no se les descuenta el IVA ni ingresos brutos en sus compras- a quienes habitan el asentamiento de Fraga donde también denunciamos escorpiones y alacranes que causan la inseguridad de sus habitantes tan vecinos y con los mismos derechos que cualquier otro. Ser vecino significa proximidad no poderío económico, claro está.
Cruzando la barrera de Av. Jorge Newbery de Trenes Metropolitanos nos encontramos con una cruz producto que mientras los padres habían salido a juntar cartones para darles de comer a sus hijos, una beba fue atropellada por una formación. Aquellos trabajadores habían sido expulsados desde algunos feudos provinciales «nacionales y populares» de la Patria sojera y que nadie dijo nada ni siquiera los piqueteros de la abundancia y que no alcanzamos a entender como se recoge la siembra con camperas y botas de cuero o en camionetas cuatro por cuatro.
No hubo un cacerolazo por la beba obviamente en esta sociedad descartable adicta al Don Pirulero donde cada cual atiende su juego y el que no, se jode.
Al asumir el actual gobierno porteño un estudio demostró que Chacarita y por vecindad nuestro barrio de Colegiales presentan uno de los mayores índices de niños deambulando por las calles en horas de la noche: ¿ Qué estarán haciendo?
El caso de María de los Ángeles Rawson se ha vuelto muy mediático y no faltó el intento de bastardear aún más la profesión con una tapa de pésimo gusto.
Todos estos hechos exigen una investigación a fondo pero debe ser la justicia quien debe hacerlo para salvaguardar a María de los Ángeles quién concurría al polideportivo Colegiales cercano a las inmediaciones del CEAMSE, un basural vecino al futuro polo audiovisual, donde los vecinos del barrio de Colegiales debemos hacernos cargo de los desperdicios de la ciudad.
Debe ser la justicia quien se expida y ojalá no sea otro caso que exija la democratización de la misma y que los jueces no sean una corte del Reino del Revés y que hasta ahora que gozan de privilegios que no nos llegan a todos los argentinos. Exijamos justicia y que haya efectivamente una división de poderes pero que se asiente sobre bases sólidas y no corporativas.
Concluyendo, de todos estos casos que hemos mencionados nadie se hizo ni se hace responsable de nada. ¿Será que estamos condenados a ser ciudadanos con el sólo derecho de votar cada tanto?