Por seguro que los vaivenes de este Colegiales envuelto en un edificio tras otro se oculta una obra faraónica de aquellos años setenta no muy conocido en el barrio.
Leemos en el portal Wikipedia: “(…)Hacia 1976, alrededor de 1.500.000 vehículos circulaban por las calles y avenidas de la ciudad de Buenos Aires.1 La red de avenidas se encontraba saturada y obsoleta para el creciente tráfico automotor, y la ausencia de las mismas en el centro histórico, administrativo y comercial empeoraba la situación” ; una vez más la historia nos cuenta desde su perspectiva que “todo tiene que ver con todo” siendo la ciudad y los barrios un tejido interurbano y no la mera sumatoria de sectores. Una vez más, la red de avenidas ocasionaba lo de siempre (aún hoy lo sigue ocasionando)cuales un tránsito pesado que retrasa el desenvolverse de un lugar a otro, etc.
Ideas había obviamente acerca de lo que había que realizar paliando el inconveniente antesdicho cuando el Brigadier Cacciatore era el Intendente Municipal del gobierno de facto en 1976. Para ello el mencionado funcionario llama a una compulsa de precios y que según el portal Wikipedia “(…) El 10 de junio de 1977 se realizó una licitación internacional para las empresas interesadas en la construcción inmediata de las dos primeras autopistas: la 25 de Mayo (AU1) y la Perito Moreno (AU6).1 El 5 de octubre se presentaron al concurso de precalificación once consorcios internacionales; de ellos, seis fueron aceptados.1
El 2 de enero de 1978 se adjudicó la obra al consorcio integrado por las empresas españolas Huarte y Cía. S.A. y Viales, Estacionamientos S.A., y las argentinas Empresa Argentina de Cemento Armado S.A. de Construcciones (E.A.C.A.) y Polledo S.A.I.C. y F., esta última reemplazada posteriormente por INDECO S.A.1 El concesionario adoptó el nombre de Autopistas Urbanas Sociedad Anónima (AUSA), y su objetivo fue construir, mantener y explotar las dos autopistas con peaje. El derecho de explotación se les otorgó por un período de 28 años a partir de la firma de la concesión.1”
¿Por qué se le titula “proyecto faraónico” a la construcción de las autopistas? En principio porque sería la obra pública de mayor envergadura en toda la historia de la ciudad, pero en lo atinente a nuestra ciudad estaría comunicada de norte a sur atravesando de una punta a otra el total del entramado urbano.
Seguimos informándonos gracias al portal Wikipedia: “(…)Fue uno de los proyectos más controvertidos del Plan de autopistas urbanas. Según uno de sus trazados probables partiría del Puente Alsina en un enlace con la AV2 Costanera (Av. 27 de Febrero), con una continuación planificada en el proyecto de Acceso Sur. Otra versión ubicaba su cabecera sur en la intersección de la calles Lavardén y la futura AV2 Costanera. En ambos proyectos se dirigiría al norte junto a la calle Sánchez de Loria, conectándose con la AU1 25 de Mayo al cruzar la Avenida San Juan. Al cruzar las vías del Ferrocarril Sarmiento giraría hacia el noroeste para alcanzar la calle Humahuaca, siguiendo en dirección nordeste junto a la calle Jufré y luego la Avenida Córdoba, conectándose con la AU5 Transversal al cruzar la calle Humboldt. Siguiendo por la calle Giribone, torcería al nordeste para colocarse junto a la calle Donado, hasta desembocar en el Acceso Norte, parte de la carretera Panamericana.
Pese a las quejas de los vecinos afectados, la Intendencia logra desocupar unas 800 propiedades a través del sistema de indemnización, como paso previo a la liberación de la traza. Las expropiaciones comenzaron desde Saavedra (Panamericana y Gral. Paz) hacia Nueva Pompeya. Por esta razón, en el norte se concentró la mayor cantidad de casas expropiadas: entre las avenidas Congreso y Juan B. Justo, por ejemplo, se desocuparon 713 viviendas”
El año 1982 nos encuentra a los vecinos de Chacarita y Colegiales con la suspensión de la obra o ésta a medio realizar, pero pasaba algo y no de menor importancia ya que al expropiarse las viviendas y al ser demolidas figuraba en el contrato que de no realizarse debía indemnizarse a los antiguos propietarios.
Las viviendas no demolidas pero si expropiadas serían ocupadas surgiendo otra dificultad ya que por ley si se desalojaba a las familias ocupantes debía entregarse otra en condiciones aceptables y con el aval de los habitantes.
Se produjo tal oposición y tal controversia que aún hoy el tema no ha concluido pesando sobre la municipalidad la espada de Damocles en cuanto a juicios que debería afrontar el Gobierno de la Ciudad siendo tal vez al inaugurarse una plaza por la actual gestión de Jefe de Gobierno, el Lic. Horacio Rodriguez Larreta, que en parte trae una solución a un conficto que nació allá por los años ’70 y aún no ha culminado. (VER APARTE)