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La Iglesia rechaza «una ley que convierta a los chicos infractores en casi enemigos sociales»

Se extrañaba la palabra de uno de los propulsores del Movimientos de Curas Villeros (versión actualizada del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo). Nos referimos sin más al Padre Pepe quien como el Padrecito Carlos Mujica fue a predicar con el ejemplo a uno de los sectores más olvidados y/o usados desaprensivamente por derecha y por izquierda allá por los años setenta cuando a costa de los que menos tienen, se enfrentaron unos y otros en nombre de doctrinas gemelas que convierten a hombres y pueblos en predicado, no en sujeto histórico y verbo para construcción de una sociedad mejor.

Con la claridad conceptual que lo caracteriza expresó el Padre Pepe:

La Iglesia reclamó hoy que el debate por la baja de la edad de imputabilidad, que impulsa el Gobierno nacional, no se centre "solamente en la persecución estatal" de adolescentes en conflicto con la ley penal y pidió no convertir a los chicos infractores a la ley penal en "enemigos sociales".

La Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que coordina el sacerdote José María "Pepe" Di Paola, difundió una serie de consideraciones ante el proyecto oficial de bajar la edad de punibilidad de 16 a 14 años, y afirmó que este debate "no debe rechazarse a los fines de adecuar la legislación penal juvenil".

El debate "no puede centrarse solamente en la persecución estatal -a través del derecho penal- de los adolescentes en conflicto con la ley penal, sino en cómo cumplir con toda la normativa internacional, nacional y provincial que garantizan derechos a todas las niñas, niños y adolescentes, sean infractores o no a la ley penal", sostuvo.

Lamentablemente estamos en momentos de odio en “tiempos de cólera” estigmándose a los que menos tienen y en particular no sólo a una juventud que parece que ya no es aquella maravillosa que entregó su vida utilizada por los patanes del odio y la yapa que culminara con una pretendida “contraofensiva”  que diezmó las esperanzas de tantos jóvenes.

La ley de baja de la imputabilidad de los jóvenes perfectamente podría equipararse a la punibilidad de tantas niñas que abortan en lugares no indicados o seguros porque mientras se las persigue a niñas necesitadas de amor, respeto y que sean prioridad, se mira hacia otro lado cuando otras niñas o mujeres abortan en lugares seguros sin importarles el costo.

"Se reaviva así un debate sobre el límite establecido legalmente, por debajo del cual el Estado no puede aplicar una pena. Dicho debate no debe rechazarse a los fines de adecuar la legislación penal juvenil, pero necesariamente debe incluir otras perspectivas sociales y jurídicas", aseveró.

El organismo eclesiástico aseguró que no se puede caminar "hacia una nueva ley penal juvenil, convirtiendo a los chicos infractores a la ley penal en casi enemigos sociales", agregando (que) “…La Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que coordina el sacerdote José María "Pepe" Di Paola, difundió una serie de consideraciones ante el proyecto oficial de bajar la edad de punibilidad de 16 a 14 años, y afirmó que este debate "no debe rechazarse a los fines de adecuar la legislación penal juvenil"

Francamente nos parece inexplicable que recién ahora se busquen soluciones cuando no hace mucho tiempos atrás cuando ingresaran los fariseos del templo se siguiera en la costumbre de elaborar los "mejores discursos". ¿Justamente ahora se rasgan la vestidura? ¿Por qué no lo hicieron antes?

En otro párrafo del documento, la Comisión de Pastoral de Adicciones citó una carta que Jorge Bergoglio leyó a los jóvenes que participaron de la peregrinación a Luján en octubre de 2005, en la que el hoy papa Francisco advertía sobre las consecuencias sociales que significaba que el 50 por ciento de los niños sean pobres.

"Frente a esta realidad de nuestros niños y adolescentes aparecen reacciones diversas que se orientan a un acostumbramiento progresivo de creciente pasividad e indiferencia, una suerte de normalidad de la injusticia; o, por otra parte, una actitud falsamente normativa y de supuesto bien común que reclama represión y creciente control que va, desde la baja de la edad de imputabilidad penal hasta su forzada separación familiar, en ocasiones sometiendo injustamente al sistema judicial situaciones de pobreza familiar o bien promoviendo una discrecional y abusiva institucionalización", subrayaba el actual pontífice.

En el marco de una nueva guerra mundial donde los que menos tienen son agredidos, asesinados y martirizados.

Nos preguntamos con absoluta sinceridad si no será tiempo que aquel Mesías que padeció los más insufribles castigos, torturado hasta el límite de la capacidad humana; aquel que transitó por su procesión cargando la pesada cruz y falleciendo crucificado junto a Barrabás, el ladrón, como si El Salvador fuese también otro malviviente o tal vez Pilatos quien se lavó las manos ante tremenda injusticia vuelve a hacerse presente ahora endilgándole a quienes son también victimas de un mundo que pone lo impropio sobre la justicia y las necesidades generales.

¿No habrá llegado el momento de socializar la riqueza, cultura y el poder ante otros pensamientos petrificados que nos llegan de la vieja Europa? Ante conductas autodestructivas que prvilegian el olvido del Padre Sol, la Madre Tierra y la Hermana Naturaleza por seguro que ese otro mundo que es la filosofía del amor que pregonara Jesús debe ser llevado a los hechos no esperando que los cambios se hagan por obligación  más que por necesidad.

Fuente Diario La Nación

Imagen www.elcomercio.com

 

 

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