Casas vaciadas.
El abandono todavía se ve en viejos inmuebles,
a décadas del fallido proyecto de la AU3.
En el límite entre los barrios de Villa Urquiza y Villa Ortúzar, y a sólo cuatro cuadras del coqueto Belgrano R, las 15 manzanas por donde iba a pasar la Autopista 3 son una rareza . Difícilmente quede en la Ciudad un lugar con tantos terrenos vacíos. Algunos conservan una medianera, donde se dibujan habitaciones, baños y cocinas que ya no están, entre otras marcas de una demolición realizada con apuro. Otros exhiben carteles con promesas de confortables viviendas, con piscina y amenities. Un futuro que contrasta con el presente de las casas y edificios que continúan tomados , con sus ventanas tapiadas y la actitud desconfiada y en guardia de sus habitantes.
Así están hoy las calles Holmberg y Donado y sus transversales, entre Avenida de Los Incas y Congreso. La vieja cicatriz que dejó la traza de la autopista que jamás se construyó, está en proceso de cambio . Aún quedan cincuenta de las trescientas familias que tomaron las casas y edificios expropiados a fines de los 70. El resto se juntó sus cosas y se fue después de largas negociaciones con el Gobierno porteño. En cuanto dejaron las propiedades, el Ejecutivo las demolió para que no las volvieran a ocupar. Esto le confiere un aire extraño al barrio, como si todo estuviera por hacerse .
“Por fin sacaron a todos los chorros y vendedores de drogas –celebra Miguel, un vecino–. Para nosotros es muy positivo que estén vendiendo los terrenos y construyendo edificios. Nuestras propiedades van a valer más. Y nosotros vamos a vivir más tranquilos”. Frente a su casa, en Holmberg 2350, avanza la obra de un edificio de cinco pisos y 40 departamentos, que se venden con el eslogan “El parque recuperó el barrio”. En la esquina hay otro terreno, todavía vacío. Y en Holmberg al 2400 los carteles anuncian el proyecto Ramblas Boulevard.
En Holmberg y Sucre, una mujer cuida a su nieto, sentada en la saliente de un negocio con las persianas bajas hace años. “Le dan plata a la gente para que se vaya, pero es difícil cuando te cobran $ 1.300 por una pieza de pensión. Nadie tiene un trabajo seguro, ¿quién te va a dar un crédito? Por eso se toman casas”. En la cuadra siguiente hay más terrenos, uno de ellos repleto de estructuras semiderruidas y basura . Al fondo, asoma una casilla.
“Queremos que venga otra gente, que compre y vaya reemplazando a la que estaba.
El cambio va a mejorar la seguridad . Ojalá que el Gobierno se ocupe de la zona”, opina Pilar, una señora mayor que pasea por Plaza Zapiola, en Donado y Juramento.
En Donado y Echeverría hay un local tapiado que sigue tomado. Sus ocupantes pasan el tiempo en la vereda. A metros de donde van a levantar el edificio ICON Parque y a dos cuadras de donde ya está terminado un edificio de viviendas sociales que hizo el Gobierno porteño para los desalojados, en Donado al 1700. Y que a su vez contrasta con la obra del complejo de “departamentos con alma de casa” Green Haus Belgrano, en La Pampa y Donado, pleno Villa Urquiza. Va a tener piscina cubierta y descubierta, spa, sauna y microcine.
Y en el barrio tal vez sus futuros habitantes ignoren por siempre que viven sobre lo que alguna vez fue la cicatriz de la inconclusa AU3.
Por NORA SANCHEZ
para Clarin del 14 de mayo de 2012
Texto e imagen de www.clarin.com