El portal Wikipedia -la prestigiosa biblioteca universal- que nos sirve de fuente para este recuerdo a un artista y a una persona singular, de aquellas que no abundan en este mundo convulsionado por las guerras, por la miseria humana, por el egoísmo o la mezquindad de pensar en el otro como un hermano más que transita una realidad que nos condiciona a todos.
Leemos en el portal mencionado:
“Nació el 28 de mayo de 1938, en el distrito de Las Catitas del departamento Santa Rosa, en la provincia de Mendoza, aunque pasó gran parte de su niñez en [la provincia de San Juan]. Nació en un barrio pobre y complicado, donde soportó el abandono de su padre. Pasó gran parte de su infancia internado; conflictivo, siempre escapó o se le expulsó. Una serie de robos pequeños lo llevaron incluso a la reclusión carcelaria. Estudió un tiempo como seminarista y más tarde intentó en la Marina: duró poco y se marchó con el mismo uniforme que luego utilizó para pedir limosnas en la Estación Retiro de ferrocarril. Su madre, Laura Favio (o Fabio) actriz y escritora de radioteatros, solía conseguirle «bolos» (pequeños papeles escasamente remunerados) en Mendoza; etapa en la que además comenzó a preparar sus primeros libretos. Laura estuvo un tiempo casada con el primer actor”
Sus años de niñez lo irían a marcar para el resto de su vida.
Por seguro su película “Crónica de un niño solo” ya de adulto podría ser una reflexión de los sucesivos que le tocó vivir.
Director de cine exquisito dejó como legado para sus futuros tiempos memorables películas en cualquier género que se pueda desear.
“Nazareno Cruz y el lobo” es una de ellas sin duda alguna donde reflexiona sobre la disyuntiva entre el amor y los bienes terrenales.
Nazareno Cruz elegirá el amor donde Leonardo Favio se siente identificado en contraposición del mal, de los vientos del infierno, que pretenden con riquezas hacerlo desviar su camino que, por supuesto, ni siquiera lo hará dudar por el camino que debe transitar.
“El romance del Aniceto y la Francisca” en sus dos versiones lo colocarían en la excelencia artística como un valor necesario y exquisito.
Es que Leonardo Favio es todo esto y mucho más de aquello que venimos afirmando en este suelto periodístico pero además fue un referente para muchos que nos negamos que nuestra vida transcurra sin compromiso con el otro.
Cantautor de primera línea de primera línea; también en este campo nos dejó su huella con producciones que aún ahora se las recuerda tanto por su calidez como por el mensaje que nos deja.
Perseguido por aquellos años de terror y en especial luego de la muerte del General Perón marchó de gira en busca del pan cotidiano habiéndose ganado el afecto, la admiración y el cariño en otras geografías del sub continente Sudamericano permitiéndonos expresar que por donde pasó dejó impregnada su obra en el rubro del arte.
Finalmente como todo mortal un 28 de junio iría a engrosar paraísos mejores.
Pero su fallecimiento tan sólo físico porque el espíritu y el alma nunca mueren nos deja el testimonio de un ser íntegro y comprometido con las causas superadoras.
Su paso por esta vida no fue en vano, no fue porque sí y mucho menos, un accidente. Desde este portal quisimos rescatarlo pero también queremos concluir estas líneas diciendo “Muchas Gracias por todo”, “Gracias por lo que fuiste, por lo que sos aún hoy…
Publicado 28.05.2018