Las últimas décadas en cordón desde Crámer tanto sea hacia Dorrego como Virrey Avilés las obras públicas y no curiosamente se han realizado tomando como referencia primera el barrio de Palermo.
Nos referimos concretamente que desde Crámer hacia Virrey Avilés tan solo el puente de la calle Zábala cuando la UCR presidía la Nación y por mandato constitucional el intendente no era electo por los vecinos como ahora sino que era nombrado por el Presidente de la República.
Un puente decidido entre gallos y mediasnoches, desición inconsulta y precipitada además, sin el debido estudio ambiental o de las necesidades de la zona. A esto se sumaba que aún no existía el menemato con sus arbitrarias medidas por decreto privatizando el activo público para provecho de sus amigos.
Existía en ese entonces ferrocarriles argentinos y una amplia playa de maniobras sobre la calle Moldes de nada menos 9 hectáreas. La posibilidad de utilización para fines comunitarios, la realidad o la necesidad de integración barrial de Chacarita y Colegiales con Belgrano poco y nada importó.
Eso sí se ensanchó el puente de la Avenida Elcano y Crámer que no era prioridad y se construyó el mencionado sobre Zábala que conectaba la segunda calle de las nombradas con Moldes, eludiendo el tema de fondo cuales la integración de los barrios mencionados.
¿Fue una casualidad? ¿Se consultó a los vecinos, a las entidades vecinales y los partidos políticos si era lo oportuno?
Como siempre, entre cinco o seis personas decidieron que era lo mejor para la zona
Así las cosas siguieron trasportándose hasta el presente desde aquellos años 1983 a la fecha pero la playa de maniobras y el paredón de la calle Moldes, siguieron hasta el presente.
Con el regalito de la cleptocracia menemista, privatización mediante, esas nueve hectáreas quedaron irresueltas en su destino final.
Se hizo el puente Dr. Pedro Bustos, ahora el viaducto de la estación Colegiales, se cometió la torpeza urbana sin mencionar en la audiencia pública que se talarían árboles en Olleros y Amenábar para un paso a nivel provisorio hasta que el viaducto se inaugurara, pero la playa de maniobras quedó a la espera que tengan la bondad de darle destino.
Nueve hectáreas donde se podría construir algún complejo habitacional para las personas imposibilitadas de acceder a un crédito hipotecario e incluso por las dimensiones hasta se podría contemplar la creación de un espacio verde o alguna otra obra de necesidad social.
Nueve hectáreas que siguen durmiendo y que podrían festejar su aniversario el Día de los Inocentes que son los vecinos quienes alguna vez esperan que algunos hablen el mismo lenguaje o caminen por las mismas veredas.
Nueve hectáreas a la espera que los gobiernos nacionales y el porteño decidan qué hacer con ellas.
Desde Cramer hasta Dorrego se han hecho obras públicas. Todavía estamos esperando que se decidan a darle utilidad comunitaria precisamente desde Cramer hasta Virrey Avilés.
¿Seguiremos los vecinos estando en la dulce espera? ¡Quién lo sabe!