COLEGIALES, ¿LA PARTE DE ATRÁS DE LA COMUNA 13?

Producido el desguace del Estado en manos de la cleptocracia instaurada en los años noventa que duró hasta el desastre del Dr. Fernando de la Rúa y su ministro Domingo Cavallo, el país en llamas en el año 2003 debió hacerse cargo de todo aquello que la corriente neoliberal había hecho hasta ese año.

Se han hecho cosas y sería hasta absurdo negarlo. Pero en lo que respecta a la ciudad de Buenos Aires la destrucción del ferrocarril como medio de transporte y su reemplazo por el camión para traslado de la mercadería, dejó inmensos terrenos de los que nadie se hizo cargo impidiéndole a la ciudad su uso público para fines comunitarios. Incluso la falta de vocación de los desgobiernos porteños para reclamar con fuerza ante la Nación por esos terrenos ya sea bajo el dominio del Estado Nacional o de las empresas no de servicio y sí recaudadoras, llevó a los barrios a una situación en la que es necesario ya definir qué se hará con los mismos.

Respecto de los barrios de la Comuna 13 la falta de decisión de esos desgobiernos antes elegidos por el Presidente de la Nación y luego, autonomía mediante, elegido por los ciudadanos mediante el voto popular motivó para citar un caso tan sólo que se hicieran obras públicas desde Crámer hasta Dorrego y no desde este punto hacia Virrey Avilés interrumpiendo el paso desde Crámer hasta Moldes dejando el impasse de un antes y un después de la Estación Colegiales.

Por supuesto que a las autoridades nacionales poco y nada les importaba solucionar los problemas de los vecinos de la ciudad pero tampoco a los jefes de gobierno desde la sanción de la autonomía pusieron la fuerza necesaria para solucionar ese inconveniente traslandando las dificultades a los vecinos cuando es claro que solucionarlas es responsabilidad de quienes deberían accionar en defensa de los intereses comunes. Dicen ser nuestros representantes resultando interesante que actúen en esa calidad que incluso, garantiza la Constitución en el orden nacional, provincial o municipal.

Las consecuencias están a la vista: mientras desde Crámer hasta Dorrego nos encontramos con distintos pasos para trasladarnos hasta  Ciudad de la Paz/Amenabar, hacia Virrey Avilés sólo nos encontramos con puente peatonal de la calle Zabala motivando que el paso de un punto a otro para el uso del automóvil se vuelva dificultoso en grado mayor y ni hablar de la necesidad de quienes presentan dificultad de movimientos.

Esto se debe al erróneo concepto de un barrio que es la sumatoria de sectores aislados y no como un conjunto urbano.

Es tiempo ya que la empresa recaudadora TBA o de los gobiernos nacional y porteño decidan terminar con la playa de maniobras de la Estación Colegiales entregándole esos terrenos a la ciudad de Buenos Aires mediante distintos convenios entre las partes para su utilidad comunitaria.

Es tiempo de ocuparse del barrio de Colegiales que no puede ser la parte de atrás de la Comuna 13. Es tiempo de actuar con la seriedad oportuna y necesaria presentando un proyecto serio, realizable y creíble respecto a este tema pero además que se actúe con la razonabilidad suficiente para que no ocurra con la audiencia pública de la Estación Colegiales donde no se dijo que se cometería la torpeza de taladrar dos árboles en Olleros pra un paso a nivel que luego quedará sin efecto cuando se inaugure la obra de la avenida Federico Lacroze, lo cual además de un torpeza de los funcionarios es una fgalta de respeto a la voz de los vecinos a quienes no se les informó la barbaridad que se iba a hacer. ¿Acaso porque sería absolutamente reprobada tamaño atentado a la racionalidad y al buen gusto urbano?

¿Quien lo sabe? Pero lo que es peor se mantiene la costumbre que unos pocos decidan aquello que nos conviene a todos.

Es tiempo de resolver que se hará con la playa de maniobras porque el gobierno nacional y el porteño. Los gobiernos pasan, el problema continúa.

¿Hasta cuando?