EL APORTE DE LOS RECUPERADORES URBANOS

Los años noventa cuando explotó la delirante convertibilidad que fantaseaba que un peso podría valer un dólar; cuando los ladrones en el gobierno nacional remataban incluso por decreto presidencial los activos públicos (tal el caso de Obras Sanitarias) culminando con el incipiente desarrollo y la vida de pueblos y comunidades del noroeste y el sureste, dejaban la huella de un país antes y después de la aventura neoliberal que también explotó en el 2001 luego de la desaguisada gestión neoliberal del Dr. Fernando de la Ruina.

Curiosamente hoy en España se vuelven a repetir aquellos mismos valores y al igual que entonces pero en Argentina, el gobierno español de la mano de Rajoy ajusta a los jubilados, a los empleados, a los trabajadores, a los comerciantes para salvar a los bancos. 

¿Serán España y Grecia una nueva experiencia para muchas familias que los liberales arrojan a la desesperación y que recorren las calles juntando cartones y materiales descartables?

Argentina y España unidas por una misma historia, aquel puesto a trabajar de sirviente de las apetencias del viejo continente, tienen y tuvieron una respuesta común: la movilización popular que derrocó al timorato presidente argentino y los indignados que seguramente derrocarán al igualmente timorato jefe de gobierno de español.

Una y otra respuesta demuestra que cuando el pueblo se cansa hace tronar el escarmiento lo lamentable es que estos y aquellos gobiernos deben esperar la sublevación popular para irse dejando un tendal de cosas irresueltas pero lo que es peor aunque demuestran sus ideologías, ellos son en cuanto son alumnos obedientes de las políticas recesivas del FMI o de la integración a los mandantes internacionales que ya han obtenidos ganancias superlativas pretendiendo seguir ganándolas pero a costa de la sociedad.

En nuestro país toda esa política de Cavalo, Menem y De la Ruina derivó en un hecho totalmente positivo: el surgimiento de los cartoneros que buscando sobrevivir a la crisis financiera provocada por la banca nacional e internacional, lograron que esta sociedad no implosionara por la falta de respuesta sobre qué hacer con los desperidicos domiciliarios.

Así nacieron las cooperativas de Recuperadores Urbanos que como Cristina Lezcano que había perdido su ocupación anterior salían a la calle para proveerse y darle lo necesario a su familia.

Un país puede por poco tiempo no enriquecer distintas actividades mediante el trabajo pero lo que no puede dejar de hacer es definir qué hacer con la basura en las calles.

En Buenos Aires y en otros lugares del conurbano nacieron los centros verdes en galpones provistos por las distintas administraciones municipales donde los recuperadores separan el material orgánico del inorgánico por sus características haciendo experiencia con las 3 R (reducir, reutilizar y recuperar) todo aquello pasible de hacerlo.

Desde el gobierno porteño y desde las otras gestiones municipales además están haciendo docencia en cuanto a la separación de basura en origen terminando con una de las medidas más retrógradas cuales la de enviarle a otro municipio de menor envergadura la basura que otros municipios más poderosos producen: así nacieron los rellenos sanitarios que, además, complican en lo urbano, en la salud y en el desarrollo de los vecinos lindantes a éstos.

Los acuerdos entre estas entidades cooperativas y los encargados de edificios; los centros de recuperación donde trabajan los Recuperadores obteniendo por tal otras posibilidades como enviar sus hijos a la escuela, obra social, etc. Dan una respuesta eficaz a aquellas políticas como las que se practicó en Argentina y ahora en España significaban alimentar la marginación social para que una minoría obtenga más y mejores ganancias.

El pueblo español deberá sacarse de encima a estos profetas del odio y la yapa.

El pueblo español como antes el argentino deberá responder en forma autogestionaria como lo hicieron los Recuperadores Urbanos en busca de una sociedad inclusiva al servicio de todos y al de unos pocos.