En la encrucijada de las calles 11 de Septiembre y Sucre se erige la Fuente de los Delfines, un tesoro artístico que nos transporta a través del tiempo y nos conecta con la rica historia de Belgrano. Fruto del ingenio del talentoso escultor italiano José Arduino y regalo del empresario Nicolás Mihanovich al barrio en el año 1900, esta impresionante estructura es un vivo testimonio de la creatividad humana y un homenaje al amor por el mar.
Nicolás Mihanovich, un destacado magnate de la marina mercante argentina, donó esta fuente al barrio de Belgrano como muestra de su generosidad y aprecio por la comunidad que lo acogió. Su vínculo personal con el barrio y su pasión por el mar se reflejan en cada detalle de la fuente, desde los delfines y las conchas marinas hasta las ondulaciones que evocan las olas del océano.
La Fuente de los Delfines, tallada en mármol de Carrara y mármol amarillo de Azul, y coronada por una castaña de bronce dorado, es un verdadero tesoro del paisaje urbano de Belgrano. Los cuatro delfines, con sus colas arqueadas y sus elegantes formas, nos transportan a las profundidades del océano, invitándonos a contemplar la belleza y la majestuosidad del mundo marino.
Redescubrir esta obra maestra nos permite reconectar con nuestro pasado y valorar la riqueza cultural que define a nuestra ciudad. Es un recordatorio de la importancia de preservar y celebrar nuestras obras de arte más preciadas, para que sigan inspirando y asombrando a las generaciones venideras.
La Fuente de los Delfines es un lugar de encuentro para residentes y visitantes. Ubicada en el corazón del barrio, esta fuente invita a los transeúntes a detenerse y admirar su belleza atemporal.
