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Desde que Jesús falleciera padeciendo los más terribles tormentos en aquella procesión; desde aquel Hijo del Hombre que pagó los pecados anteriores y posteriores a su crucifixión e incluso de aquellos que aún hoy en su nombre se cometen, marcó a fuego todo lo que debería cumplir quien se propone dejar algo por el semejante y por los tiempos por venir.
El símbolo del cristianismo es la cruz, ni más ni menos.
Esa cruz doliente y clavada desde el cuerpo hasta el alma, anunciaba quienes como Walter Vidarte debían morir con un cáncer de páncreas, padeciendo los más terribles dolores que ocasional el mal.
Jesús murió clavado en la cruz de puro buen tipo que fue porque más allá del significado religioso, Jesús con su martirio renunciaba al amor propio (que es el que quita el pan de la mesa del necesitado), renunciaba insistimos, porque para él las personas tienen un destino común y futuro en común más allá de mezquindades, egoísmos o miserias.
“Puedo escribir los versos más triste esta noche”, escribía Pablo Neruda pero más que leer el poemario del gran escritor chileno, la memoria por otro buen tipo que se nos va como es el caso de Walter Vidarte, queremos no despedirlo porque la vida tiene un extensión aún indescifrable para el ojo y la mente humana.
Queremos decirle “Gracias Walter por haber sido un buen tipo, una persona solidaria, alguien con el que muchos pudieron contar”
Entre su biografía ligada al arte cinematográfico, el portal Wikipedia.org nos menciona: “Estudió en la Escuela de Arte Dramático de Montevideo, dirigida entonces por la legendaria actriz española Margarita Xirgu.
Formó parte de la prestigiosa Comedia Nacional Uruguaya.
Desde 1958 actuó en teatro y televisión en Argentina recordándoselo en cine en la versión fílmica del cuento de Jorge Luis Borges Hombre de la esquina rosada y Alias Gardelito y en televisión en Doña Disparate y Bambuco de María Elena Walsh junto a Perla Santalla.
Ha desarrollado su carrera sobre todo en Argentina, donde se trasladó en 1958 y en España, país al que llegó exilado en 1974 después de haber dirigido la obra teatral Juan Palmieri de Antonio Larreta por la que obtuvo el Premio Moliere y por la que fue amenazado por la Triple A.
Falleció el 29 de octubre de 2011 a los 80 años de edad en una clínica de Madrid a raíz de un cáncer de páncreas”
Sus participaciones fueron de las más variadas siendo dirigidos por los más renombrados directores: el exquisito Leonardo Favio, Lautaro Murúa, Leopoldo Torre Nilsson, Jorge Cedrón, Sergio Renán, Enrique Carreras entre tantas otras celebridades, quienes además de dirigir algún filme enseñaban sobre actuación.
En 1970 recibe el reconocimiento como “Mejor actor protagonista en El dependiente” (Premios Goya).
“Según el portal más arriba mencionado Año Categoría Película Resultado 2006 Mejor actor revelación La noche de los girasoles Candidato Unión de Actores
Año Categoría Montaje Resultado 2007 Mejor actor secundario de teatro “Un enemigo del pueblo” Candidato”, pero más allá de todos y tantos otros premios dados por el público que disfrutó de sus interpretaciones, Walter Vidarte supo hacerse querer por todos.
Estamos convencidos que un minuto de aplausos a Walter Vidarte es poco. Estamos seguros que alguien como él ha salido de gira como tantas veces se ha dicho. Y, sin embargo, deja un testimonio manifiesto que es el preocuparse por el semejante y por hacer realidad aquella premisa “Todo hombre es mi hermano” y justamente por eso, quizás, como símbolo de la cruz, padeció lo inimaginable, lo inenarrable…
De puro buen tipo que fue… ¡Ni más ni menos!
