Según los profesionales en Arqueología Urbana ésta sirve para entender, comprender y enterarse como fueron los hechos del pasado, cómo vivían con qué hábitos y costumbres quienes los precedieron en la vida en décadas o en siglos anteriores.
Podríamos agregar que nos sirven esos descubrimientos arqueológicos para trazar un paralelo entre los usos y costumbres del pasado y el presente.
Expresadas para estas palabras, recientemente el gobierno porteño encontró una suerte de eslabón el antes y el ahora informándonos de la siguiente manera:
“El equipo de arqueología urbana realizó un extraordinario hallazgo en las Barrancas: encontró restos de utensilios y alimentos en un pozo donde funcionó, en el siglo XVIII, un oratorio de los monjes franciscanos.
El equipo de arqueología de la Gerencia Operativa Patrimonio dependiente de la Dirección General Patrimonio, Museos y Casco Histórico, encontró restos de utensilios y alimentos donde en el siglo XVIII hubo un oratorio de los monjes franciscanos.
La puesta en valor del paseo público Barrancas de Belgrano, llevó a nuestro equipo de expertos a realizar una serie de trabajos de índole arqueológico en las intersecciones de las calles La Pampa y Arribeños, lugar en que se ubicaron durante gran parte del siglo XVIII la “Capilla de los Franciscanos” u “Oratorio de la Calera”, entre 1825 y 1834 la Iglesia parroquial de Santos Lugares, y entre 1856 y 1874 hasta la inauguración de su actual edificio, la Iglesia de la Inmaculada Concepción de Belgrano” y que nos sirve por otra parte para afirmar que Belgrano, el bonito integrante de la Comuna 13, es también aquellos sectores que han sufrido las consecuencias de las epidemias que asolaron la ciudad hacia finales del Siglo XIX y que allí existió y existe el Bajo Belgrano con características propias tanto como el Belgrano R y el Belgrano C: los populosos clubes como Excursionistas o Defensores de Belgrano tan testimonio de lo testimoniado.
“La orden franciscana tenía a su cargo la extracción de piedras de cal de conchillas y arena utilizadas en albañilería, revoques y construcciones, constituyendo este sitio en virtud a estas actividades, uno de los puntos fundacionales del actual barrio de Belgrano.
Uno de los primeros hallazgos, fue una estructura de ladrillos que corresponde a un antiguo pozo de perímetro oval, cercano al talud sobre la calle La Pampa, allí se encontró un conjunto muy amplio, diverso y bien conservado de materiales culturales, producto del descarte de objetos utilizados cotidianamente en el pasado.
Si bien con el avance de la investigación se redefinirá la datación del conjunto, ya es posible afirmar que la gran mayoría de los objetos recuperados hasta el momento correspondería a fines del siglo XVIII y principios del XIX. Una moneda española acuñada en Potosí en 1797 confirmaría las dataciones (…)Entre los materiales recolectados se destacan piezas de vajilla de loza inglesa, mayólica española y francesa, porcelana oriental, ollas y demás recipientes de terracota de producción europea y regional, botones de hueso, vasos de vidrio soplado con decoraciones grabadas, botellas de bebidas alcohólicas, frascos, cuentas de vidrio, una botija española de uso mercantil, restos óseos producto de la dieta humana (peces, aves y mamíferos domésticos), entre otros varios (…) nos sigue informando la fuente mencionada más arriba.
Concluyendo nuestro barrio belgranense con estos descubrimientos se suman a otros ubicados en el actual microcentro o en Palermo que nos permiten conocer aquellas costumbres y hechos del pasado como afirmamos más arriba.