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Un grupo de vecinos que integran la asociación Colegiales Participa y Decide se reunió ayer en la esquina de Moldes y Virrey Olaguer y Feliú para reclamar por el futuro del playón del Ferrocarril General Mitre, donde el gobierno porteño prevé construir un complejo de viviendas en el 35% de la superficie de 6,7 hectáreas del predio, mientras que el resto sería un espacio público. Es un terreno que pertenece a la Nación y que será cedido a la Ciudad.
Los participantes expresaron preocupación por la escasez de espacios verdes en el barrio y por no haber sido consultados por el correspondiente proyecto. Objetaron, también, que pese a que otras dos iniciativas fueron presentadas con el aval de legisladores de la oposición, la Legislatura porteña «está tratando solamente el proyecto oficial». La Ciudad, en cambio, indicó que dialogan con los vecinos y que el 65% del complejo será un espacio público y abierto.
A la reunión vecinal se sumaron legisladores de la oposición y asociaciones barriales, que caminaron hacia Lacroze con pancartas que leían «Sí al parque cultural. No al negocio inmobiliario» y «Menos torres, más espacios verdes». Como gesto simbólico, desplegaron un pasacalle del proyecto vecinal Parque Cultural Estación Colegiales sobre el puente peatonal de Zabala, que cruza sobre el playón.
«Desde mediados del año pasado empezó a haber mucho movimiento en el playón», comentó Santiago Sobral, vecino del barrio. «En el predio hay una empresa de seguridad privada; hay un gran corralón de materiales, se pueden ver las pilas de ladrillos por todos lados; hay otro galpón más allá que hasta hace un mes no tenía ningún tipo de identificación. El año pasado también empezaron a construir unas canchas de fútbol privadas que hoy están en funcionamiento. Las hormigoneras venían de noche y cubrieron un espacio de una hectárea y media, sobre la que pusieron la alfombra sintética e incluso levantaron una construcción en el medio», dijo Sobral, ingeniero en electrónica.
Carlos Wilkinson, miembro del consejo consultivo de la comuna 13, comentó: «Nos dimos cuenta de que se lanzaban sobre el barrio varios proyectos públicos y privados, que nos iba a dejar con menos de 0,7 m2 de espacio verde por habitante que tenemos hoy en Colegiales, y empezamos a pelear por esos espacios, presentando amparos», dijo Wilkinson, que resaltó la importancia de sumar «parques donde podamos respirar, con árboles y verde donde nuestros pibes puedan jugar».
Funcionarios del gobierno porteño desmintieron que no hubiera conversaciones con los vecinos sobre el proyecto, y afirmaron: «No se van a construir torres; sí están previstos edificios de altura similar al entorno. Además, el 65% del predio va a ser para espacio público multiuso», comentó una fuente del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte. «El desarrollo se llevará acabo de manera armónica y equilibrada -dijo otra fuente porteña-. Que sea solamente un parque no es demasiado realista», agregó.
Ignacio Kremenchuzky, un ingeniero de 90 años que se acercó a la reunión, opinó: «No hay que tratarlo como una contienda entre la política y los intereses inmobiliarios por un lado, y los vecinos por otro. Hay un interés común que es de todos, que se arregla hablando y alcanzando un consenso».
Fuente: La Nación, 11 de junio de 2017
