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HABLEMOS DE FÚTBOL…

HABLEMOS DE FÚTBOL, los tiempos cambian.

Desde hace unos días amantes del deporte que se juega con los pies pero también con la cabeza (las grandes estrellas lo demuestran) debaten acerca de Lucas Alario aceptando la monumental oferta del club alemán para que integre su equipo.

Los tiempos cambian como todo lo que ocurre en esta sociedad y en el mundo, claro está.

Ayer nomás, hace poco tiempo, resultaba impensado que Amadeo Carrizo jugara en Boca o Rattín lo hiciera en Ríver. Aquellos momentos muy distintos a los actuales, no mejores o peores, distintos y valga la reiteración, la sociedad estaba menos convulsionada que la actual, los valores eran otros.

Los que hemos cruzado la barrera de los 50 y algo más también, comíamos los ravioles que nos hacía la vieja y de allí a alentar a nuestros colores amados.

No había futbol todos los días y cada escuadra tenía sus formaciones por largo tiempo. Hoy ya no ocurre esto: para más datos, a la cancha iban locales y visitantes que con cantitos le daban un colorido especial al domingo.

Hoy, ahora, bajo un discurso que es peligroso juntar dos parcialidades en un mismo estadio no dejan entrar al equipo que visita al otro para evitar desmanes, cosa que la misma realidad lo niega: ¿no será que es necesario que pongan la sesera en remojo y se les caiga una idea?

Pero lo sabemos: la dirigencia es la dirigencia, qué se le va a hacer, pero lo triste es que se perdió un aspecto del folklore futbolístico que aportaba lo suyo para la fiesta dominguera.

El Pibe Lucas Alario, un joven de 24 años, que entregó lo mejor de si por Ríver recibió una oferta que le permite un futuro asegurado con crecimiento profesional incluso. Y ante tamaña posibilidad hizo sus valijas emigrando al futbol alemán.

A partir de entonces se levantó un corrillo de jueces que aprobaban o desaprobaban al Pibe.

¿Estuvo bien? ¿Estuvo mal?

En principio debemos señalar que su respuesta entra en las decisiones personales; es parte de la vida privada de cada uno y por tal nadie debe ser juez de nadie y menos cuando lo que se intenta es asegurar un futuro en un mundo que no garantiza nada.

¿Serán muchos los que rechacen la oferta que recibió Lucas? No lo creemos. Pero en todo caso, habría que poner en la balanza todo el esfuerzo que dedicó al club y a la camiseta que vistió.

Por nuestra parte, queremos saludar al pibe y desearle las mejores de las venturas.

 

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