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«LOS ANGELES VAN AL CIELO» IIº

Le  alcanzó algo más de una década para quedar en la retina y de los corazones de tantas personas olvidadas desde aquella llegada de una Ciudad de la Argentina Profunda, Junín, necesitadas tanto como siempre –en un antes y un después incesante, convirtiéndose en un pergamino de lujo en el sentimiento más noble de todos aquellos que muy pocas veces se los atendió como Evita lo hizo.

Pero, ese amor a los descamisados, al aluvión zoológico, a los “grasitas” como la raza maldita, la oligarquía en sus guaridas, difamaban por donde se quiera observar a los sectores populares.

Qué pasó en sus años infantiles para que esa sed de justicia para crear la Escuela de Enfermería, los campos de recreación para niños, vacaciones garantidas para todos los “cabecitas negras”, para hacer sancionar con fuerza legítima aquella Constitución de 1949 que en los hechos, quedó como fuente de inspiración para todos aquellos gobiernos en el plano internacional que buscaron y se inspiraron en sus pueblos para una organización diferente de todo aquello que se iba dando.

¿Puede ser, tal vez, que esa diferencia entre los hijos de distintas parejas en un mismo tiempo, la haya calado tan hondo para buscar de ahí en más reparar tanta injusticia?

¡Aquella expresión “Con qué derecho” la llevó siempre en su alma como una afrenta de una Argentina olvidada o negada, de un país para pocos y el sufrimiento de los más!; seguramente tras la muerte de su padre y las humillaciones sufridas por la madre y sus hermanos, le hicieron añorar una realidad distinta que otra de sus expresiones “Donde hay una necesidad, nace un derecho”, se convirtiese en un horizonte para sus años futuros.

“Juan Duarte (18581926), conocido como el Vasco por los vecinos, era un estanciero e importante político conservador de Chivilcoy, una ciudad cercana a Los Toldos”, podemos leer en el vital y necesario portal Wikipedia.

Por ese tiempo era una práctica asidua que los sectores más privilegiados tuvieran dos hogares, dos familias e hijos de distintas parejas: “Juan Duarte no fue la excepción a aquellos usos sociales.

“Juan Duarte, el padre de Eva, mantenía dos familias, una legítima en Chivilcoy, con su esposa legal Adela D´Huart (-1919) o Estela Grisolía y varios hijos; y otra considerada «ilegítima», en Los Toldos, con Juana Ibarguren”, nos sigue informando el portal más arriba señalado.

Al fallecer Juan Duarte, su madre y sus hermanos, quisieron participar del velorio siendo rechazados de muy mal modo por el matrimonio  con Estela Grisolía.

¿Fueron esos hechos los que la marcaron tan profundamente para que en tan sólo 33 años la llevaran a realizar tan tremenda y digna obra para los más necesitados, los más humildes? ¿Se podrá afirmar que esa circunstancia hizo para que en el gobierno del General Perón trabajara hasta desfallecer para llevar un poquito más de felicidad para sus descamisados?

Entiéndase bien: ésta es tan sólo una hipótesis de trabajo. No pretende convertirse en la única posible ni en la más sagrada de las verdades. Sólo es que buscamos una explicación a tanto fuego interior por la justicia social de esta mujer que para los olvidados de ayer y hoy, fue la “Santa del Pueblo”…

 

 

 

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