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LOS CARNAVALES PORTEÑOS, una introducción al tema

I – Intoducción

Rastreando la historia del carnaval porteño observamos que es parte de otra historia más general y no sólo en sudamerica, aunque en esta región asume la particularidad que fuera incorporada por una de las oleadas inmigratorias (aunque forzada) tomando el calor de sus acciones como principal componente.

El carnaval porteño como lo fuera otras expresiones (el jazz en los Estados Unidos de Norteamérica)  por ejemplo mostraban los lamentos de aquellas personas cazadas en las regiones africanas y esclavizadas en las plantaciones de ese país.

Leemos en Wikipedia el portal que se ha convertido en una suerte de biblioteca universal

“Los bailes de carnaval se comenzaron a realizar en locales cerrados a partir del año 1771. Al principio eran organizados en casas particulares y luego se trasladaron a los clubes barriales. En épocada del Brigadier Rosas tuvo importante auge: Vicente Fidel López da cuenta de la celebración del 25 de mayo de 1836 en Plaza de la Victoria (que actualmente forma parte de la Plaza de Mayo) con la participación de 6000 negros dando lugar a una reunión de indescriptible colorido y desbordante entusiasmo. A las fiestas de candombe concurrían la hija de Juan Manuel de Rosas: Manuelita Rosas, y la madre de ésta y esposa de Juan Manuel, doña Encarnación Ezcurra y el propio gobernador Rosas.7 En 1858 aparece la primera comparsa, en 1867 el viajeron gascón Henry Armaignac es uno de los testigos que consideraron que los carnavales argentinos eran en su época los más festivos del mundo recordando que las mujeres arrojaban huevos rellenos con agua a los hombres y se usaban pomos de plomo para mojar con agua muchas veces perfumada, en 1869 se realiza el primer corso, con la participación de máscaras y comparsas. Al año siguiente, se incorporan carruajes (carrozas) y luego ya afines de siglo XIX surgen la murga generalmente integrando parte del corso”

A fuerza de aproximarnos a la realidad de los hechos del pasado del carnaval en la Ciudad de Buenos Aires, aquel candombe en 1836 fue uno de los aportes de los afros a la cultura y por extensión, a las festividades locales o internacionales de aquello que se dio en llamar la Patria Grande y no solo en lo que se refiere a festejos sino que además a aquello que en cultura popular se refiera.

Expresiones como el tango para citar una de las éstas o en cuestiones del lenguaje con palabras fácilmente reconocibles por su origen tiene un componente africano. “Quilombo” es tan solo una de ellas pero conformando un espacio mucho mayor cuales como la cumbia villera, el rap o la música cuartetera, ésta última de un origen en la provincia de Códoba.

En una muy apretada síntesis podemos citar en cuanto a festividades se refiere como de elencos de las murgas en la ciudad a los siguientes  “(…) Pese a que tras los 1960 la actividad de carnestolendas se vio muy reducida en Argentina, las murgas y agrupaciones artísticas participan en corsos itinerantes por los diferentes barrios de la ciudad durante todos los fines de semana del mes de febrero. En 1997 la legislatura de la ciudad de Buenos Aires los declaró Patrimonio Cultural de la Ciudad.

Algunas de las principales murgas son: "La Gloriosa de Boedo", "Los auténticos rayados de Lugano" (Villa Lugano), "Fantasía Arrabalera", "Los Mocosos de Liniers", "Los Reyes del Movimiento de Saavedra", "Los Cometas de Boedo", Los Dandys de Boedo 1956 (la más antigua del barrio de Boedo), "Los Viciosos de Almagro", "De Paso Cañazo", "Los Pibes de Don Bosco" (Primera murga Salesiana del mundo), "Los Linyeras de la Boca", "Herederos de Palermo", "Los Amantes de la Boca", "Los Chiflados de Almagro", "Los Preferidos de Villa Urquiza", "Los Endiablados de Villa Ortúzar", "Los Plebeyos de Villa Devoto", "Los Estrellados Porteños" de Mataderos (2000-2014) y muchas otras, según la información que nos llega del portal más arriba citado.

Pese a esto, resulta hasta una obligación moral afirmar que luego de la derrota nacional de Caseros en 1852 los carnavales pasaron a integrar una lista negra entre aquellos “… europeos obligados a vivir en América” como se creía aquella generación genocida de los ochenta de los Roca, Bartolomé Mitre, los Sarmiento, etc.

Es que el tango, los payadores, el carnaval, el gauchaje y los indios formaron parte de “la chusma” en tiempos de Yrigoyen o los “cabezas” en tiempos del General Perón como una forma de denigrar a todo asquello que oliera a pueblo, a lo popular, etc.

El carnaval era considerado parte de esa cultura que había que desterrar ya sea cortando rejas, despoblando o cualquier otro menester.

 

 

 

 

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